De acuerdo con la nota de prensa publicada por la DGT a comienzos de este año, el número de usuarios de bicicleta fallecidos en nuestras carreteras a lo largo del año 2015 alcanzó la cifra de 42 personas, lo cual se sitúa cerca de los mínimos de la última década.
Desgraciadamente, el número de accidentes no ha dejado de incrementarse y, con ellos, el de los heridos leves y graves, que aún se cuenta por miles.
Para contribuir a reducir estas cifras, es imprescindible saber cuáles son los accidentes más frecuentes que sufren los ciclistas en nuestras calles y carreteras.
Pero no vamos a limitarnos a contarte eso en este artículo.
También compartiremos contigo una serie de consejos básicos, de manera que, como conductor, jamás tengas que lamentar formar parte de estas estadísticas.
Accidentes frecuentes que sufren los ciclistas en ciudad y carretera
Impacto fronto-lateral en los cruces de calles
El impacto fronto-lateral es el accidente más frecuente con ciclistas en el caso urbano.
Tiene lugar cuando un ciclista circula a la derecha de un vehículo y el conductor gira sin percatarse de su presencia, debido a que aquel se encontraba en un punto ciego.
El hecho de que el ciclista esté situado a la derecha se suele deber a que circula por un carril bici o bien que el ciclista ha optado por no ocupar el centro del carril normal –un hábito bastante frecuente, para evitar retenciones, facilitando el paso de vehículos motorizados-.
El accidente de este tipo más grave ocurre cuando el vehículo que gira es un camión con tráiler.
En principio, en estos cambios de dirección es necesario dar prioridad al ciclista o cualquier otro vehículo que circule por la derecha como, por ejemplo, un autobús que circula por un carril reservado.
No obstante, y por precaución, los ciclistas aminoran la marcha en estas circunstancias, e incluso frenan si consideran que el conductor no les ha visto.
El problema es que la trazada descrita por el tráiler hará que el ciclista sea arrollado incluso aunque éste se haya detenido en el cruce.
Cualquier giro hacia una calle contigua debe realizarse siempre prestando la máxima atención a los posibles vehículos que circulen por la derecha en el mismo carril que el tuyo, ya se trate de bicicletas o motos.
En la ciudad, y máxime cuando existen un carril bici, las probabilidades de que un ciclista circule por la calzada son muy elevadas. Por ese motivo, jamás debes confiarte al mirar por el espejo retrovisor.
Impacto lateral en un cruce de calles
Se trata del típico accidente en el que uno de los dos vehículos incumple la obligatoriedad de ceder el paso. Por regla general, se debe a dos causas:
- Los coches aparcados impiden la correcta visibilidad en el cruce y una bicicleta aproximándose por la calle perpendicular pasa desapercibida.
- El ciclista circula por el carril bici a una velocidad excesiva, por lo que el conductor –acostumbrado al ritmo de los transeúntes– no advierte la llegada de aquel.
Los cruces de calles son siempre un lugar muy conflictivo para el paso de bicicletas, debido a que éstas circulan mucho más rápido que un peatón pero no resultan tan llamativas como un coche.
Los conductores no tienen más remedio que extremar la precaución y reducir la velocidad lo suficiente como para poder realizar una frenada de emergencia en caso necesario.
Impacto contra la puerta abierta de un vehículo aparcado
Debido a que los ciclistas tienden a circular a la derecha del carril, es más difícil percatarse de su presencia desde el interior del habitáculo de un vehículo aparcado también a la derecha.
El resultado es que el conductor abre la puerta para salir del vehículo y el ciclista colisiona contra esta.
En aquellas calles que cuentan con carril para bicis, la zona de aparcamiento suele conservar una distancia de seguridad para posibilitar que el conductor o los pasajeros no invadan dicho carril.
Por desgracia, pueden darse circunstancias en las que no se respete esta distancia.
En esos casos, existe la posibilidad que se produzca un caso similar al anterior y un ciclista colisione con la puerta recién abierta de un vehículo.
Siempre que se salga de un coche aparcado, hay que confirmar visualmente que no se está aproximando ningún vehículo, mirando hacia atrás, en lugar de utilizando los retrovisores.
Además, nunca se debe aparcar en una zona donde no exista distancia de seguridad con un carril de bicis.
Colisión lateral durante un adelantamiento
Éste fenómeno ocurre tanto en la ciudad, como en la carretera. Se debe a que el conductor no ha respetado la distancia mínima de 1,5 metros establecida por la normativa para proceder a adelantar a una bicicleta. La única excepción es la establecida por los carriles bici en la calzada.
Además, como conductor, debes tener en cuenta que, aunque tu vehículo nunca llegue a entrar en contacto con la bicicleta, las turbulencias generadas durante un adelantamiento se agravan con la velocidad y pueden llegar a desestabilizar a un ciclista.
Puedes leer más al respecto en nuestro artículo:
Adelantamiento a ciclistas en carretera y cómo conducir junto a bicicletas
La distancia de seguridad debe ser respetada siempre y en todo lugar. En caso de que no sea posible separar el vehículo del ciclista, lo más aconsejable es reducir la marcha hasta que la anchura de la calzada posibilite un adelantamiento seguro.
Colisión por alcance
La colisión por alcance es uno de los accidentes más frecuentes que sufren los ciclistas en la carretera, resultando más anecdótico cuando se circula por la ciudad.
Habitualmente, se debe a una mala visibilidad y un exceso de velocidad por parte del conductor.
El respeto a los límites de velocidad, especialmente, en las carreteras o en condiciones de poca visibilidad, resulta crítico si se quiere poder reaccionar a tiempo frente a la presencia de un ciclista en la calzada.
