¿Afectan las drogas a la conducción? El consumo de drogas afecta a la capacidad de reacción por tanto: drogas y conducción son dos términos que nunca deberían estar unidos. Desgraciadamente, el consumo de este tipo de sustancias se está extendiendo a ritmos alarmantes entre las personas que se ponen al volante en nuestro país.
De acuerdo con las estadísticas de las DGT, ya en el 2015, el 33% de los 68.959 controles de drogas que se realizaron dieron positivo. Se trata de una cifra alarmantemente elevada.
Como sabes, en LeasePlan queremos contribuir a que la circulación por nuestras carreteras tenga lugar de la forma más segura posible. Por ese motivo, publicamos contenido educativo y formativo de este tipo.
Conducir con drogas de abuso: efectos
Según el Plan Nacional sobre Drogas, las sustancias ilegales más frecuentemente consumidas por menores de 30 años en España son el cannabis, la cocaína, el éxtasis y las anfetaminas. No obstante, el LSD y la heroína también tienen una notable incidencia.
Conducir bajos los efectos de las drogas provoca graves alteraciones de la percepción y limita la capacidad de reacción al volante. En definitiva, dispara los riesgos de sufrir accidentes.
Efectos de las drogas depresoras del sistema nervioso
Las drogas depresoras del sistema nervioso más conocidas son el alcohol, los opiáceos (incluyendo la heroína, la morfina y la metadona), los ansiolíticos, los hipnóticos (medicamentos para dormir) y los relajantes musculares.
Los efectos del consumo de estas sustancias son:
- Alteración de la percepción.
- Incremento de las distracciones y la somnolencia.
- Retraso en la toma de decisiones.
- Falsa sensación de control y adopción de decisiones más peligrosas.
- Ralentización de los movimientos.
De todas las drogas depresoras, el cannabis es la más extendida entre los conductores españoles.
Bajo su influencia, la percepción de lo que ocurre en la carretera se ve alterada. Además, se puede llegar a un estado de ensimismamiento que lleve a distracciones y los consiguientes accidentes.
Efectos de las drogas estimulantes del sistema nervioso
Las mayores sustancias estimulantes son las anfetaminas, la cocaína y el speed. Ya en un grado menor, la nicotina también tiene propiedades estimulantes, seguida de las xantinas, como la cafeína, la teína o la teobromina.
Los efectos del consumo de estas sustancias son:
- Sensación de inquietud y comportamiento impulsivo.
- Disminución de la sensación de fatiga, por lo que la conducción se prolongará, incrementando el cansancio físico real.
- Exceso de confianza frente a situaciones peligrosas.
- Mayor nivel de tolerancia al riesgo, con el consiguiente comportamiento peligroso en carretera.
De entre las drogas estimulantes, la cocaína es una de las más empleadas por los conductores de nuestro país.
Su consumo genera un estado de agitación, que desemboca en conductas impacientes, agresivas y competitivas al volante. Bajo su influjo, es frecuente que se infrinjan las normas de circulación, especialmente los límites de velocidad.
Incluso aún después de que los efectos más estimulantes y placenteros hayan desaparecido, el influjo de esta droga seguirá presente, alterando la percepción y el comportamiento.
Por desgracia, los conductores optan a menudo por el consumo de sustancias estimulantes para prevenir la somnolencia.
Uno de los mayores peligros de este hábito es el efecto rebote que se genera cuando ha estimulante ha dejado de actuar, dado que el sueño puede sobrevenir sin previo aviso.
Existen alternativas mucho más seguras. Si te preocupa quedarte dormido al volante, entonces te recomendamos la lectura de estos artículos:
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Efectos de las drogas perturbadoras del sistema nervioso
Entre las conocidas como drogas perturbadoras destacan los alucinógenos –como el LSD o el peyote-, los derivados del cannabis y un sinfín de drogas de síntesis, tales como el éxtasis o MDMA.
Incluso en pequeñas dosis, los efectos de estas drogas en la conducción son muy peligrosos:
- Alteración de la percepción, por lo que imposibilita la recepción adecuada de la información externa.
- Alteraciones en el pensamiento, con la consiguiente toma de decisiones incorrectas.
- Disminución de los reflejos y la coordinación motora.
- Estados de conciencia alterados.
La droga perturbadora más común en las carreteras españolas es el éxtasis, un alucinógeno que, entre otras cosas, genera una sensación de euforia y emocionalidad imprevisible el volante.
Además, las ilusiones ópticas son muy frecuentes, por lo que la percepción de lo que ocurra en la carretera se verá distorsionada. Es habitual que los conductores realicen maniobras evasivas bruscas e injustificadas.
También pueden acontecer episodios depresivos o de ansiedad, igualmente peligrosos en la carretera.
Una de los efectos más peligrosos del éxtasis es lo que se conoce como “flashback”.
Horas después de que la droga ha dejado de generar efectos evidentes, éstos pueden regresar de forma totalmente inesperada.
Debido a que el conductor no espera estar bajo el influjo de la droga, se ve totalmente desprevenido y su reacción al volante puede tener consecuencias nefastas.
Test de estupefacientes de la DGT
En primer lugar, hay que señalar que la negativa a someterse a la realización de un test de drogas por parte de las autoridades de tráfico supone la comisión de un delito castigado con penas de prisión de entre 6 meses y 1 año, así como la privación del derecho a conducir durante un plazo de entre 1 y 4 años.
El proceso del test tiene lugar mediante la realización en una primera prueba de alcohol, para después proceder a una toma de saliva a modo de “prueba indiciaria”. En el caso de que este primer test de positivo por alguna sustancia, se procede a una segunda toma de saliva, la cual será enviada a un laboratorio para la confirmación del positivo.
Si lo desea, el conductor tiene la posibilidad de solicitar un análisis de sangre, el cual tendrá lugar en un centro sanitario. En caso de que la prueba de positivo, el conductor deberá sufragar el coste de la misma.
Sanciones administrativas y penales por conducir bajo los efectos de narcóticos
La sanción administrativa en caso de que se detecte el consumo de drogas al volante asciende a 1.000 euros y la pérdida de 6 puntos.
Además, la vía penal puede acarrear penas de prisión de entre 3 y 6 meses, multa de 6 a 12 meses, de 30 a 90 días de trabajos en beneficio de la comunidad y privación del derecho a conducir por un plazo de entre 1 y 4 años.