Cómo conducir en pendientes

cómo conducir en pendiente

La conducción en pendientes es una de las habilidades menos empleadas por los conductores de ciudad, debido a que la mayor parte de las urbes se construyen sobre superficies llanas. Por supuesto, hay grandes excepciones pero ésta es la norma general

La cuestión es que, cuando en las épocas vacacionales nos trasladamos a zonas turísticas, las características de la carretera cambian considerablemente. Determinadas zonas costeras y, especialmente, las rutas de montaña cuentan con considerables pendientes que exigen una mayor destreza al volante.

Lo mismo puede decirse de aquellos momentos en los que debe arrancarse e iniciar la marcha cuesta arriba. Aquellos conductores poco experimentados y cuyo vehículo no cuente con sistemas de asistencia para esas circunstancias –como un coche automático- suelen verse en serias dificultades.

¿Eres uno de ellos?”

No te preocupes. Tenemos preparado un artículo muy completo en el que aprenderás cómo conducir en pendientes y los mejores trucos para circular con seguridad en este tipo de circunstancias.

Cómo subir una pendiente en coche

Lo primero que debemos distinguir el tipo de vía por el que se está circulando.

Las vías rápidas no ofrecen complicación alguna, dado que están diseñadas para que la inercia previa del coche permita mantener una velocidad constante y circular con una marcha larga.

Son las vías urbanas en cuesta y las carreteras secundarias montañosas las que presentan una mayor dificultad, dado que no es posible –ni se debe- circular a altas velocidades. Los cambios de rasante, las curvas, los cruces y, por supuesto, la presencia de peatones exigen una circulación más lenta y frecuentes cambios de marcha.

Cómo arrancar coche cuesta arriba

¿Qué marchas escoger?

En estas circunstancias, los límites de velocidad se suelen situar por debajo de los 50 km/hora, lo que sugiere que, salvo excepciones, el juego de marchas a emplear se situará entre la 2ª y la 3ª velocidad. De esta manera, se garantiza que el motor:

  • Transmita la suficiente fuerza para subir las pendientes sin peligro de que pueda calarse. Puedes leer más detalles al respecto en nuestro artículo sobre “Cómo cambiar de marchas”.
  • Actúe de freno en caso de necesidad, como en cambios de rasante o carreteras sinuosas que no permitan anticipar correctamente la presencia de las curvas.

En el caso de que, por algún motivo, el motor se calase, debes mantener la calma y pisar inmediatamente el freno para evitar que el vehículo retroceda cuesta abajo.

Dentro de un momento, vamos a explicarte cómo arrancar un vehículo cuesta arriba.

Anticipa la reducción de marchas

Si es necesario reducir la marcha, el cambio debe anticiparse antes de que el motor comience a dar muestras de que se está ahogando. Esto es fácil de detectar porque las revoluciones se irán reduciendo y el vehículo perderá velocidad de forma constante pese a estar pisándose a fondo el acelerador.

Esto significa que la unidad de propulsión no está desarrollando la potencia suficiente para desplazar el peso del vehículo a la velocidad deseada. Por norma general, los motores de gasolina no deberían trabajar por debajo de las 1.500 rpm, salvo en las marchas más cortas (primera y segunda). En el caso de los diesel, el umbral es un poco más bajo, pudiendo llegar hasta las 1.000 rpm. Obviamente, la cilindrada del vehículo tiene una gran importancia a la hora de someter al vehículo a un mayor estrés con bajas revoluciones.

Cómo arrancar un coche cuesta arriba

La mayor dificultad al arrancar un coche en cuesta radica en la necesidad de coordinar el movimiento de los pies al utilizar los pedales. Existen muchas técnicas al respecto, así que vamos a hacer un rápido repaso a todas ellas.

¿Eres un principiante?”

En ese caso, lo primero que debes hacer es mantener el freno de mano activado con la palanca en posición elevada. Acto seguido, pisa el pedal del embrague y arranca el motor. Sin soltar el pedal del embrague, comienza a pisar el acelerador para elevar las revoluciones. Sólo entonces, puedes ir soltando progresivamente el pie del embrague, hasta que percibas que el motor está desarrollando la fuerza suficiente como para desplazar el vehículo.

No se debe soltar completamente el embrague, sino únicamente hasta el punto en que comienza a producirse el rozamiento con el cigüeñal y la fuerza del motor se transmite a las ruedas motrices. En las pendientes con poca inclinación, este juego con el pedal del embrague puede ser suficiente para que el motor desarrolle fuerza suficiente como para desplazar el coche, sin necesidad de pisar el acelerador. Llegado ese momento, baja la palanca el freno de mano y el vehículo comenzará a desplazarse normalmente.

Esta técnica no es sólo útil para conductores novatos, sino también en cuestas con una pendiente muy pronunciada.

Cómo arrancar coche cuesta arriba

Si ya cuentas con experiencia…”

En caso de contar con cierta experiencia, la maniobra se realiza de forma bastante semejante pero prescindiendo del freno de mano. Una vez arrancado el motor y con los pedales del embrague y del freno pisado, debes proceder a soltar suavemente el embrague hasta el punto indicado en el anterior apartado.

Es entonces cuando puede comenzar a soltarse el pedal del freno. A menudo, esto será suficiente para el vehículo comience la marcha. En caso contrario, una vez se levante el pie del freno, debe procederse a pisar el acelerador progresivamente.

Cómo estacionar en cuesta arriba

El estacionamiento en pendiente ascendente requiere utilizar las técnicas descritas anteriormente para arrancar un coche cuesta arriba, con la particularidad de que para realizar la maniobra marcha atrás, basta con pisar el embrague para que el vehículo se desplace. Es decir, no es necesario hacer ningún cambio de marchas.

Una vez se ha estacionado el coche, se recomienda girar las ruedas delanteras hacia el arcén. Se trata de una medida de seguridad para prevenir que el coche pueda desplazarse accidentalmente, en aquellos casos en los que el freno de mano falle.

Cómo conducir en pendiente descendente

La conducción en pendiente descendente tiene implicaciones totalmente distintas. En estos casos, los factores más relevantes tienen que ver con el correcto uso del freno motor, así como el ahorro de combustible. Ambos aspectos corresponden al ámbito de la “conducción eficiente”, cuyo artículo te recomendamos revisar.

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