¿Cuántas veces has entrado a tu coche, tras dejarlo varias horas al sol y no has sido capaz de tocar el volante porque quemaba? ¿Y cuántas has tenido que conducir con el sol de cara y hecho malabares para poder ver el coche que tenías enfrente? Vamos a contarte cuál es la solución que se ha encontrado para estos dos problemas: los parabrisas atérmicos.
Primero de todo, es importante que no confundamos términos, así que un pequeño apunte: “todos los parabrisas son lunas, pero no todas las lunas son parabrisas”. Es decir, cuando se habla de parabrisas, se hace referencia concretamente a la luna delantera del automóvil.
¿Qué convierte un parabrisas convencional en uno atérmico?
A diferencia de los parabrisas convencionales, los parabrisas atérmicos están diseñados con un material que ayuda a reducir la transferencia de calor y bloquea una buena parte de los rayos ultravioletas e infrarrojos emitidos por el sol.
Los parabrisas convencionales están compuestos de vidrio laminado, mientras que los atérmicos incluyen también una capa de metal que, no solo evita que el interior de tu coche se sobrecaliente, sino que mantiene la temperatura más estable y evita los deslumbramientos.
¿Pero pueden reconocerse a simple vista?
No fácilmente, porque el material en la fabricación de estos cristales casi no modifica la transparencia y los colores del cristal común, aunque sí es verdad que podremos apreciar una ligera coloración en el parabrisas, perceptible al ojo si miramos con detenimiento y desde una posición concreta que más adelante explicaremos.
Cabe mencionar que esta fina capa de metal casi 100% transparente, además de rebotar gran parte de la luz solar que entra en el vehículo, también lo hace con las ondas de radar, causando posibles interferencias en los sistemas de navegación por GPS y de telepeaje.
Pero no hay que alarmarse, ya que ya existe una solución por parte de los fabricantes: dejar una pequeña zona del parabrisas libre de ese material que causa el problema. Esta zona es fácilmente identificable, pues está delimitada con puntos negros alrededor del espejo retrovisor frontal.
Las ventajas de contar con un parabrisas atérmico
- Seguridad: a la hora de conducir un coche con parabrisas atérmico se ve aumentada nuestra seguridad al volante. Gracias al material del que están compuestas estas lunas, se disminuyen los posibles deslumbramientos que causa la luz solar o las superficies reflectantes. Además, el hecho de que haga menos calor en el interior del vehículo, hace que se reduzca la fatiga que causa el calor tanto a conductores como a pasajeros.
- Menor gasto y sostenibilidad: estas dos ventajas van de la mano, ya que una es la causa de la otra, o viceversa. Como hemos explicado anteriormente, el tener este tipo de parabrisas en nuestros vehículos contribuye a la regulación de la temperatura interna. Por lo tanto, el uso del aire acondicionado es menor, disminuyendo así el consumo de combustible y, en consecuencia, las emisiones de CO2.
- Mayor confort: la mejora en el aislamiento del interior del vehículo, disminuye la acumulación de calor en verano o de frío en invierno y esto se ve reflejado en una conducción más cómoda.
- Mejor mantenimiento del automóvil: al no acumular calor dentro de nuestros vehículos, contribuye al mantenimiento de ciertos elementos plásticos del interior del coche, ya que este material sufre con el calor.
- Salud: este tipo de cristales reducen la radiación que penetra en el coche, eliminando de media entre un 30 y un 35 %, frente al 15 % de las lunas convencionales. Además, bloquean los rayos ultravioletas dañinos, protegiendo a los pasajeros del peligro del cáncer de piel y otros problemas relacionados.
Ahora ya está claro cuáles son las ventajas de un parabrisas atérmico y qué lo diferencia de un cristal convencional, pero… ¿cómo saber si un parabrisas es atérmico?
Haz esto para saber si tu automóvil tiene parabrisas atérmico
- Consulta el manual de instrucciones del vehículo.
- Contacta con el concesionario o pregunta cuando lo lleves a un taller de la misma marca que tu coche.
- Busca una marca de temperatura en la parte superior del cristal.
- Aunque prácticamente no hay diferencia en la transparencia con un cristal convencional, si miras a través del cristal hacia el exterior de forma oblicua, podrás saber si tu cristal es atérmico si percibes algún tono coloreado (azulado, verdoso o bronceado).
Como ves, la evolución de la tecnología ha llegado también a los cristales de los vehículos, pero cabe destacar que no es algo nuevo. Ya se llevan colocando en coches desde hace unos cuantos años, aunque no en todos se incorpora como equipamiento de serie.
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