Cuando circulamos por cualquier vía formamos parte de un conjunto de elementos que necesitan coordinarse para que la circulación pueda darse de la manera más segura posible para todos. La comunicación con el resto de vehículos que comparten espacio, e incluso con los transeúntes, debe ser fluida y constante. Los vehículos cuentan con diferentes elementos para anunciar nuestras maniobras, consiguiendo que los demás se adapten a ellas. Los intermitentes son un buen ejemplo.
Da igual por donde circulemos; vía urbana, interurbana y/o autopista. Existen infinidad de momentos en los que los intermitentes deben reflejar nuestras maniobras antes de realizarlas, tratando de evitar posibles colisiones y/u otros incidentes que puedan tener consecuencias en nuestra marcha. Todos los vehículos a motor cuentan con estas luces de color amarillo, aunque su activación depende de la voluntad del conductor. Es importante, por tanto, conocer cuando debemos accionarlos.
¿Cuándo usar los intermitentes?
En general, los intermitentes deberán usarse cada vez que queramos salir del carril por el que circulamos, ya sea para seguir nuestra marcha por otro o para cambiar nuestra dirección. Accionaremos el intermitente correspondiente al lado por donde nos desviemos, de manera que el resto de conductores, e incluso transeúntes, puedan adelantar nuestras intenciones.
Las maniobras que requieren del uso de los intermitentes son:
En los cambios de dirección
Se da cuando queremos dejar la vía por la que estamos circulando, para girar hacia una calle perpendicular. En este caso, además de acercarnos lo máximo posible al lado al que queremos realizar la maniobra, deberemos accionar el intermitente y asegurarnos de que no existe ningún vehículo que pueda dificultar nuestra tarea.
Para abandonar una rotonda
Adentrarnos en una rotonda sin tener en cuenta el código de circulación puede poner en peligro nuestra integridad. En ella, son muchos los vehículos que deben comunicarse en un mismo periodo de tiempo. Además de circular por el carril más próximo a la salida, deberemos indicar nuestra intención de abandonarla mediante los intermitentes. De esta manera, los coches que circulen por detrás podrán aminorar su marcha, evitando posibles colisiones.
Para adelantar
Los adelantamientos se producen de manera muy frecuente, y si no se realizan de manera adecuada, pueden suponer un peligro en la conducción. Los intermitentes son clave para gestionar esta situación de manera óptima. Deberemos accionarlos antes de empezar con la maniobra, y cesarlos una vez hayamos terminado por completo el adelantamiento. De esta manera, el vehículo adelantado conocerá en todo momento nuestras intenciones y adaptará su velocidad a ellas.
Para cambiar de carril
Cambiar el carril por el que circulemos puede ser una acción peligrosa si no señalizamos nuestras intenciones. El intermitente es básico para ello. Deberá accionarse segundos antes de iniciar el cambio, e incluso de hacer variaciones en nuestra velocidad. Aun así, deberemos asegurarnos de que el carril por el que queremos circular está libre de vehículos, sin que el cambio suponga un riesgo.
Para estacionar/salir de estacionamiento
En el momento en que nos situemos al lado de un aparcamiento libre que queramos ocupar, deberemos accionar el intermitente del lado correspondiente para señalizar nuestras intenciones. De esta manera, evitaremos entorpecer el tráfico de la vía y provocar posibles siniestros.
Igualmente, a la hora de salir de nuestro lugar de aparcamiento, también deberemos accionarlos para avisar a todo aquel conductor que circule por la misma vía.
¿Accionar el intermitente otorga prioridad de paso?
No, en ningún caso, accionar el intermitente otorga prioridad. El intermitente avisa de mis intenciones al resto de usuarios de la vía, pero no obliga a que los demás deban cederme el paso para cambiar de carril o incorporarme a la circulación desde un estacionamiento.
¿Nos pueden multar por no usarlos?
¡Si! El Reglamento General de Circulación establece que el uso de los intermitentes es obligatorio, por lo que puede haber sanciones en caso de no llevarlo a cabo. Las sanciones pueden oscilar entre los 80 y los 200 euros, en función de la gravedad de la maniobra y/o del mal uso u ausencia de la indicación.
Desde Leaseplan apostamos por una circulación segura y eficiente, que permita disfrutar de nuestro coche y de la experiencia de conducción. El uso de los intermitentes no solo nos ahorrará una posible multa; mucho más importante que ello, disminuirá las probabilidades de sufrir un siniestro, estableciendo una comunicación fluida entre todos los elementos que se encuentren por la vía en la que circulamos y mejorando, así, nuestra seguridad.