La mala conducción nace de una conducción económica y eficiente mal empleada y puede llegar a destrozar tu motor. Con diferencia, el error más frecuente consiste en utilizar las marchas más largas incluso en condiciones de conducción que requerirían mayor potencia, tales como la subida de una pendiente o la circulación en ciudad a una velocidad muy reducida.
¿Cuál es el problema de una mala conducción económica y eficiente?
Si se opta por utilizar las marchas más altas en estas circunstancias, lo más seguro es que el motor se ahogue y, eventualmente, termine calándose.
Equivocadamente, algunas personas no reducen de marcha, pensando que, de esa manera, evitarán un mayor consumo de combustible. En su lugar, se ven forzadas a pisar el pedal del acelerador a fondo para lograr mantener la velocidad.
Desgraciadamente, los efectos de esta práctica son devastadores. No sólo se acabará consumiendo más cantidad de combustible, sino que se provocará un daño irreparable al motor.
Averías ocasionadas por una mala conducción
Junta de culata
Pisar el acelerador a fondo generará un aumento de la temperatura en la cámara de combustión, lo que puede desencadenar la rotura de la junta de la culata, especialmente, en los casos en los que el vehículo no cuente con reloj de temperatura del motor. La reparación de este tipo de avería puede suponer un coste de 3.000 euros.
Casquillos de bancada y pie de biela
La combinación de unas bajas revoluciones y el acelerador al máximo hace que el combustible se inflame de forma prematura y, por lo tanto, que el pistón baje antes de llegar al final de su recorrido. En esos casos, los cojinetes de la biela y el cigüeñal se ven sometidos a un extremado estrés que puede hacer que puede hacer que la biela se parta y agujerear todo el bloque.
Cilindro
Por los mismos motivos que ya te he descrito repetidamente, el pistón no sube ni baja de forma rectilínea, sino que oscila, aumentando la fricción, el desgaste y la temperatura. Además, las bombas de aceite y agua pierden eficacia y mueven menos caudal.
Si crees que este tipo de averías son ya suficientemente graves, espera a leer las complicaciones añadidas en los motores diesel. La suciedad que éstos generan no hace sino agravarse al pisar el acelerador estando el motor a bajas revoluciones.
Averías en los motores diesel por una mala conducción eficiente
Además de las ya citadas anteriormente, los motores diesel pueden experimentar las siguientes complicaciones:
Sistemas de recirculación de gases
Los conductos de admisión, así como la válvula de recirculación de los gases de escape (EGR) se obstruyen como consecuencia de la acumulación de ceniza. Las averías consecuentes pueden oscilar entre los 60 y los 400 euros, dependiendo del tipo de pieza afectada.
Turbo
El turbo es una pieza relativamente delicada, cuyo eje puede llegar a agarrotarse como consecuencia de la acumulación de hollín. En caso de no limpiarse periódicamente, será necesario sustituirlo y afrontar el coste correspondiente.
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Filtros antipartículas (FAP)
El exceso de hollín ocasionado por la combustión también es el causante de que los filtros antipartículas se taponen con gran rapidez. Los motores diesel incorporan un ciclo de regeneración de los filtros antipartículas que implican post-inyecciones de combustible, cuyo propósito es la limpieza del filtro mediante la quema de la ceniza presente en su interior.
El problema de estas post-inyecciones es que suponen un notable incremento del consumo de combustible, lo cual es totalmente contradictorio respecto al propósito de la conducción eficiente. Además, el lavado frecuente de las paredes de los cilindros hace que éstos pierdan lubricación y se desgasten más rápidamente.
El exceso de gasóleo -como consecuencia de las bajas revoluciones y el pie a fondo en el acelerador- termina por precipitarse al cárter, degradando el aceita con rapidez. Tan sólo el recambio de un filtro antipartículas puede suponer entre 4.000 y 5.000 euros.
Start & Stop: ¿un recurso de conducción eficiente?
Siempre se ha considerado que el conocido sistema Start & Stop es un excelente mecanismo de conducción eficiente, destinado a reducir el consumo de combustible y la contaminación acústica en las grandes urbes.
Ciertamente, eso es correcto. Con la tecnología actual, los vehículos consumen más energía en punto muerto que con un proceso de apagado y arranque.
Entonces, ¿cuál es el problema?
Desgraciadamente, eso no siempre es compatible con una mayor longevidad de la mecánica y, por lo tanto, una mejor salud para tu bolsillo.
- Cada vez que procedes a realizar un nuevo arranque y salida inmediatos, estás impidiendo que el motor lubrique de la manera adecuada. Puede tratarse de algo imperceptible cuando se realiza de forma aislada, pero el uso del dispositivo Start & Stop hace que esto tenga lugar varias veces durante el proceso de conducción, especialmente, en la ciudad. La falta repetida de lubricación del motor antes de iniciar la marcha hace que éste se desgaste más rápidamente.
- La vida útil de los motores con sistema de Start & Stop tiende a ser menor, pese al hecho de que cuentan con un arranque reforzado.
- Los vasos del interior de la batería se debilitan con más rapidez, como consecuencia de las continuas demandas de tensión durante los procesos de parada y arranque de la marcha. De hecho, se trata de baterías especiales, más caras que las convencionales.
- El alternador es igualmente usado en exceso, lo que hará que se deteriore mucho antes.
En conclusión
Los consejos de conducción eficiente deben ser aplicados, siempre y cuando se conozcan sus fundamentos. De lo contrario se puede llegar a situaciones absurdas que generen un detrimento de la mecánica del vehículo y contrarresten cualquier efecto beneficioso