Detectar unos discos de freno en mal estado conociendo sus síntomas, puede suponer la diferencia entre acudir al taller mecánico a tiempo o sufrir un desagradable accidente de tráfico.
Los síntomas del mal estado de los frenos pueden ser sutiles o claramente manifiestos. La clave está en conocerlos para poder prevenir cualquier problema más grave.
Los frenos raramente fallan completamente de forma repentina. Siempre presentan síntomas de desgaste que suelen ir agravándose con el tiempo.
En este artículo, vamos a enseñarte cuáles son algunos de los síntomas o avisos del mal funcionamiento de los frenos más fáciles de detectar.
Sobra decir que, tan pronto como te percates de alguno de ellos, has de acudir a un taller mecánico profesional y explicar lo sucedido.
Por otro lado, ten en cuenta que, hay determinadas ocasiones en las que el sistema de frenado puede estar en perfectas condiciones, pero la respuesta del coche no sea la misma. Puedes comprobarlo en estos artículos:
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Pedal demasiado duro
Existen muchas causas por las que el pedal del freno presente una mayor resistencia de la habitual.
- Las pastillas pueden haberse manchado con grasa o líquido de frenos.
- El pistón de la pinza o el propio líquido de frenos pueden no estar rindiendo.
- Las pastillas pueden haberse cristalizado.
- El disco de frenos puede estar dañado.
- El servofreno puede haberse averiado.
Pedal bajo o esponjoso
Cuando el pedal parece estar más bajo de los habitual y presenta un tacto esponjoso puede estar manifestando varios problemas. Lo más habitual suele ser la presencia de aire en el sistema hidráulico o que el líquido de frenos se haya degradado.
El líquido de frenos es una sustancia hidroscópica; es decir, tiende a absorber la humedad del medioambiente. Un líquido de frenos deteriorado tendrá un punto de ebullición menor por lo que, cuando los frenos adquieran altas temperaturas, el agua del líquido de frenos se transformará en vapor, lo que dará lugar a esa sensación esponjosa.
Por otro lado, también puede tratarse de un problema mecánico relacionado con que la pinza del freno se haya gripado, o bien el pistón de ésta o los latiguillos no funcionen correctamente.
Vibración del pedal
Durante un proceso de frenada a fondo es posible notar algún tipo de sensación en el pedal del freno, como consecuencia de la transmisión de vibraciones. Además, esto es perfectamente normal cuando el sistema ABS se activa, para evitar el bloqueo de las ruedas durante una frenada de emergencia.
En el resto de los casos, las vibraciones de los frenos pueden estar manifestando un problema de discos alabeados; es decir, deformados y presentar ondulaciones. En este caso, la frenada no es homogénea, sino que se produce a pequeños trompicones que pueden dar una sensación de vibración.
Un desgaste o soltura de los rodamientos de la rueda, así como una incorrecta alineación también pueden dar lugar a las vibraciones
Excesiva carrera del pedal
En el momento en que te percates de que necesitas pisar el pedal más a fondo de lo habitual, es muy probable que haya algún problema en los frenos. Las causas pueden relacionarse con las pastillas, el líquido de frenos o el sistema hidráulico.
En el primer caso, lo más probable es que las pastillas estén desgastadas y deban ser sustituidas.
Con respecto al líquido de frenos o el sistema hidráulico, pueden presentarse fugas en el circuito, deterioro o escasez del líquido de frenos o presencia de aire en el sistema. El procedimiento habitual será el de purgar el sistema y rellenarlo de líquido de frenos nuevo.
Poco recorrido de vuelta en el pedal
Cuando el pedal no regresa de forma fluida a la posición de reposo, es posible que las piezas encargadas del movimiento de retracción y extensión estén averiadas.
Chirrido o pitido agudo durante la frenada
La presencia de partículas de polvo metálico en las pastillas o el propio desgaste de las mismas pueden generar un molesto pitido en el momento en que entran en contacto con los discos de freno. No obstante, también puede haber otras causas que lo susciten.
Una o varias ruedas se bloquean durante una frenada normal
Por regla general, cuando alguna de las ruedas se bloquea durante la frenada –sin que todas lo hagan, como consecuencia de una frenada de emergencia-, puede estar poniéndose de manifiesto que hay una pieza mecánica que no está funcionando correctamente, porque se haya agarrotado, deformado u obstruido.
Por otro lado, los cables de freno también podrían haberse enganchado, y estar haciendo que alguna rueda permanezca parcialmente frenada.
Pérdida de la capacidad de frenada en caliente
Cuando la capacidad de frenada del vehículo se ha reducido respecto a las condiciones habituales, la calidad de las pastillas de freno puede estar en entredicho.
Por otra parte, cuando se ejecuta una conducción muy agresiva, abusando continuamente de los frenos y circulando a alta velocidad, las altas temperaturas pueden dar lugar al fenómeno conocido como fading.
En este caso, las pastillas de freno o los discos han superado el umbral de temperatura óptimo y pierden capacidad de adherencia. En consecuencia, el rozamiento no genera la frenada óptima.
Se trata de un caso extremo, para el cual la única alternativa es permitir que los frenos se refrigeren.
Deberá alargarse la distancia de frenada, permitiendo que el coche decelere por el efecto del freno motor y la ausencia de aceleración. No obstante, lo más recomendable es detener el vehículo.
El coche oscila hacia un lado
Existen muchas variables que pueden dar lugar a este problema. Algunas están relacionadas con el sistema de frenos, pero otras también pueden deberse a un mal estado de la presión de los neumáticos, los amortiguadores, etc.
Recuerda que este listado no pretende presentarte todas las averías que el sistema de frenado puede sufrir, sino ayudarte a detectar aquellos síntomas que pueden ser percibidos durante la conducción.
Conclusión y nuestra recomendación
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