Los años no pasan en balde y, con el tiempo, el motor de tu coche puede haber perdido potencia.
A menudo, es difícil percatarse de esta reducción del rendimiento, debido a que suele tener lugar de forma progresiva.
En algunos casos, la reducción de la potencia tiene mal remedio, dado que se debe al desgaste de los principales elementos integrantes del propulsor. Sin embargo, en otros casos, se debe a fallos mecánicos o electrónicos, así como el deterioro de piezas que pueden ser sustituidas con relativa facilidad.
Estas causas pueden ser agrupadas en 4 ámbitos distintos:
- Exceso de rozamiento de determinadas piezas externas al motor.
- Problemas con el encendido en el motor.
- Mal funcionamiento de las válvulas del cilindro.
- Deficiente lubricación del sistema.
- Incorrecta mezcla del combustible.
Analicemos cada uno de ellos.
Problemas de potencia por un exceso de rozamiento
En este caso, la pérdida de rendimiento no se debe a una merma en el funcionamiento en el motor sino al hecho de que determinados elementos mecánicos sufren una fricción excesiva.
Agarrotamiento de los frenos
En ocasiones, algún pistón de las pinzas de los frenos puede fallar o no retroceder. En esos casos, la pastilla sigue pegada al disco, de manera que el coche circula parcialmente frenado.
Excesivo tensado del freno de mano
En estos casos, el eje trasero se verá retenido por el freno de mano, incluso cuando la palanca del mismo esté bajada.
Desgaste del embrague
Cuando el embrague pierde su capacidad de agarre, transmite menos fuerza del motor a los ejes de las ruedas. El deterioro tiene lugar de forma natural pero puede incrementarse como consecuencia de un mal uso del embrague como, por ejemplo:
- En salidas rápidas con el coche parado.
- Unos cambios de marcha sin suavidad en el juego de pies.
- Aparcando frecuentemente en lugares con pendiente.
Malfuncionamiento de los rodamientos de las ruedas
Cuando los cojinetes de las ruedas no se encuentran en buen estado, éstas no pueden girar libremente, por lo que el rendimiento del vehículo es más pobre.
¿Qué hay de los problemas que sí afectan al motor?
Deficiente lubricación del sistema
La mala lubricación de las piezas del motor incrementará el rozamiento, por lo que la potencia generada no se transmitirá correctamente a las ruedas. Además, tendrá lugar un desgaste prematuro de las piezas.
Descubre cuáles son los frecuentes hábitos de conducción que pueden averiar tu coche.
Problemas de potencia por fallos en el encendido
Por regla general, el mal funcionamiento de las bujías suele ser el principal responsable de que la chispa no salte a tiempo y el combustible no se encienda en el momento adecuado. Este fallo puede deberse a múltiples motivos, tales como una mala conexión del cableado o la acumulación de impurezas en el cabezal (carbonilla, óxido, restos de aceite…)
No obstante, también puede tener lugar algún otro tipo de problema en diversos elementos mecánicos, como el distribuidor, la tapa del delco o la propia centralita electrónica, de la cual hablaremos enseguida.
Mal funcionamiento de las válvulas del cilindro
La principal función de las válvulas es cerrar los cilindros del motor para crear una atmósfera estanca en la cámara de combustión, donde la mezcla de aire y combustible explote, y genere el movimiento necesario en el pistón.
Cuando las válvulas no funcionan adecuadamente, la explosión de la mezcla no tiene lugar de forma eficaz. Dicho mal funcionamiento puede deberse a:
Válvula pisada
Una válvula pisada no cerrará el cilindro correctamente. Este problema puede ser corregido con un sencillo ajuste de la misma.
Rotura del muelle de la válvula
Cuando el muelle de una de las válvulas de rompe, ésta tampoco cierra el cilindro correctamente.
Deterioro de la guía de las válvulas
El desgaste en el carril que sirve de guía para las válvulas impedirá que éstas cierren el cilindro.
Deterioro de las levas
El árbol de levas que empuja las válvulas también puede afectar al movimiento de éstas y el consiguiente fallo en el cierre y apertura de los cilindros.
Incorrecta mezcla del combustible
La mezcla de aire y combustible en la cámara de combustión debe estar correctamente equilibrada, tanto si se trata de un motor diésel como gasolina.
- Si hay demasiada presencia de combustible (mezcla rica), la combustión tendrá lugar con mayores dificultades por la ausencia de suficiente aire. Además, se disparará el consumo.
- En el caso de que la mezcla tenga excesiva cantidad de aire (mezcla pobre), se produce una pérdida de potencia y el aumento de la temperatura del motor.
El error en la mezcla puede deberse a las siguientes causas:
Pérdida de presión
Es posible que el circuito de alimentación de combustible sufra algún tipo de fuga, lo que provocará una mezcla pobre y el riesgo de que se incendie el motor.
Rotura de manguitos o juntas
La rotura de estos elementos puede dar lugar a que el sistema de admisión reciba una cantidad incorrecta de aire.
Malfuncionamiento de la mariposa del acelerador
Si la mariposa del acelerador no se abre totalmente, el caudal de combustible que acceda a la cámara de combustión será insuficiente.
Suciedad en los filtros o los inyectores
Tanto si se trata del filtro del aire, como si es el del combustible, la suciedad impedirá que la mezcla sea la correcta. Lo mismo puede decirse de los inyectores de combustible.
Falta de tensión eléctrica en la bomba
La bomba que transmite combustible a los cilindros puede sufrir una pérdida de tensión, lo que deriva en una mezcla pobre.
Malfuncionamiento del caudalímetro
Este mecanismo es el encargado de medir la cantidad de aire que accede a los cilindros, por lo que su mal funcionamiento puede llevar a una incorrecta mezcla.
Fallo del turbo
Si el turbo se avería, no suministrará la cantidad de aire suficiente al cilindro con la consiguiente pérdida de rendimiento.
Fallo de la centralita electrónica
Actualmente, los vehículos incorporan más y más componentes electrónicos, entre los que destaca a centralita, la cual se encarga de controlar cada uno de los parámetros del vehículo. La humedad producida por la condensación o la entrada de agua puede llegar a averiar este elemento crítico.
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