Desde que un coche se enciende, el motor de combustión genera calor durante el tiempo que está en funcionamiento. Para evitar que se sobrecaliente, hay un circuito de refrigeración, por el que circula un líquido refrigerante. Este es el encargado de controlar los cambios térmicos del motor, además de proteger el sistema completo.
El líquido anticongelante es la mezcla que se añade al refrigerante, y que evita que este se congele cuando llegan las bajas temperaturas. Así, a pesar del frío, el coche funcionará con normalidad, sin sufrir ningún daño.
Sin embargo, este tema plantea otras cuestiones: ¿cuántos tipos de anticongelante hay? ¿qué diferencias hay entre ellos? ¿cuál es el mejor para tu vehículo? En LeasePlan respondemos a todas tus dudas en este blog. ¡Sigue leyendo!
Todos los tipos de anticongelante que hay
Para mantener el sistema de refrigeración en perfecto estado, lo más importante es usar el anticongelante adecuado. Para ello, existen diferentes tipos entre los que elegir:
- Anticongelante orgánico, formado por etilenglicol y agua destilada. Es el que más se utiliza, ya que cuenta con muchas ventajas, como una mayor durabilidad, ser más sostenible y su baja conductividad eléctrica.
- Anticongelante inorgánico, hecho con productos artificiales como los silicatos. Su uso no es tan común ya que suele durar menos, puede acelerar la corrosión y con el tiempo es posible que el coche sufra averías.
- Anticongelante híbrido, el cual combina los componentes de los dos anteriores. Es uno de los preferidos por los fabricantes ya que es duradero, y ayuda a mantener el circuito en buen estado.
Otra manera de identificar los anticongelantes es mediante los colores, siendo los más comunes el verde, amarillo, rosa, azul y naranja. La mayor diferencia entre ellos es la cantidad de etilenglicol (o anticongelante) que hay dentro, lo que los hace más o menos eficientes contra el frío. Por ejemplo, uno que contiene un 10% de etilenglicol, puede utilizarse en un intervalo de temperaturas entre los -4ºC y los -102ºC. Si utilizas uno más concentrado, el coche aguantará con temperaturas más bajas aún.
Sin embargo, es importante recordar que cada fabricante utiliza un código de colores diferente, por lo que no es el único aspecto en el que hay que fijarse.
¿Se pueden mezclar diferentes tipos de anticongelante?
Lo mejor es evitar cualquier mezcla con este tipo de líquidos, ya que cada una incluye unas características que lo hacen incompatible con el resto. Al mezclarlo puedes hacer que pierdan eficacia y, por ende, hacer menos seguros tus viajes en invierno. Tampoco es recomendable mezclarlo con agua u otros elementos.
Lo mejor es estos casos es seguir los consejos y recomendaciones del fabricante del vehículo, y utilizar el anticongelante que venga recomendado.
¿Hay un anticongelante mejor que otro?
Lo más importante a la hora de escoger el líquido anticongelante no es elegir el “mejor”, sino el que garantice el uso óptimo de tu coche. Para ello, debes tener en cuenta ciertos factores, como la zona en la que vives, si pasa mucho tiempo en el exterior, y la marca y modelo del coche.
Por ejemplo, un coche que está aparcado al aire libre en invierno, en una zona de montaña, necesitará un anticongelante más potente, que permita arrancar en frío con temperaturas inferiores a los -8ºC. En caso contrario, si vives cerca de la playa, donde el clima es mucho más suave, un anticongelante con menos porcentaje de etilenglicol será suficiente para moverte a donde lo necesites, sin problemas.
El mantenimiento, la mejor solución para la salud de tu coche
Revisar tu coche de forma periódica es una buena manera de evitar problemas con el anticongelante o cualquier otro elemento, siempre siguiendo las recomendaciones del manual de tu vehículo.
En el caso del anticongelante, de forma general lo más aconsejable es cambiarlo cada 40.000 kilómetros o cada dos años. No obstante, siempre es mejor revisarlo de vez en cuando, para ver que no esté sucio o por debajo del grado de congelación. Si observas que no está en su mejor estado, cámbialo lo más rápido posible.
Durante este mantenimiento no te olvides de revisar otros aspectos importantes del vehículo como: los neumáticos, los frenos, las luces, los amortiguadores y otros líquidos como el del parabrisas. ¡Una buena exploración ayudará a que conduzcas mucho más seguro y cómodo en la carretera!
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