A lo largo de la última década, los accidentes de tráfico habían mostrado una clara tendencia descendente. Por desgracia, de acuerdo con las estadísticas de la DGT, dicha tendencia parece haberse revertido durante los últimos 2 años.
Una de las principales causas no es otra que la incidencia y aumento de las distracciones al volante.
De acuerdo con el estudio “100-Car Naturalistic Driving”, en el 78% de los accidentes de tráfico el conductor estaba llevando a cabo actividades no relacionadas con la conducción.
¿Por qué las distracciones son peligrosas?
Hace algunos años, el RACC realizó un estudio que, entre otras cosas, indicaba el tiempo que transcurría durante una serie de distracciones habituales entre los conductores.
Al calcular las distancias recorridas a determinadas velocidades, se puso de manifiesto que el hecho de retirar la vista de la carretera durante apenas unos segundos puede tener consecuencias catastróficas.
Éste es un asunto que ya pusimos de relieve al hablar sobre el fenómeno de los microsueños, en nuestro artículo “9 consejos imprescindibles para evitar dormirse al volante”.
Tiempo y la distancia recorrida de las distracciones
De acuerdo con el citado estudio del RACC, la duración de la distracción puede alcanzar hasta los 6 segundos, por ejemplo, cuando se está marcando un número de teléfono en el móvil.
Encender un cigarrillo suponer invertir 2 segundos, y manipular el CD o la radio, del orden de 3 segundos.
Como ya hemos mencionado, el mayor problema de estas distracciones radica en que se recorre una considerable distancia sin prestar atención a la carretera.
Circulando a apenas 50 kilómetros por hora, 2 segundos son suficientes para recorrer casi 28 metros. Si a esto le añadimos el espacio que transcurre durante la reacción del conductor y la distancia de frenada, el espacio recorrido asciende a más 45 metros. En el caso de que el tiempo de distracción aumente a los 3 segundos, dicha distancia alcanza los 60 metros. Finalmente, 6 segundos de distracción pueden suponer una distancia recorrida de más de 100 metros.
Como ya imaginarás, la distancia recorrida se multiplica exponencialmente.
Una distracción de 2 segundos, supondrá más de 150 metros antes de lograr frenar el vehículo. Los 3 segundos incrementan dicha distancia a 184 metros. Por último, 6 segundos de distracción suponen superar los 284 metros recorridos.
La barrera de los 2 segundos
De acuerdo con las investigaciones del Virginia Tech Transportation Institute (VTTI), dejar de mirar a la vía durante un tiempo superior a los 2 segundos incrementa el riesgo de sufrir un accidente en un 50%.
No obstante, teniendo en cuenta los cálculos que te hemos indicado en el apartado anterior, dicho lapso de tiempo nos sigue pareciendo excesivo, máxime cuando se circula en vías con densidad de tráfico o en entornos urbanos.
Conducir y utilizar el móvil
La DGT ha alertado en multitud de ocasiones de los peligros de este pésimo hábito.
Una encuesta realizada conjuntamente por el RACE, BP y Castrol puso de manifiesto que el 99% de los encuestados consideraba que chatear por el móvil o enviar un SMS constituían una conducta arriesgada.
El 97% y el 96% respectivamente también estimaron este riesgo en el caso de utilizar apps o leer mensajes de texto.
El mal uso que se hace de determinadas apps –como, por ejemplo, la popular Pokemon Go- no hace sino poner de manifiesto la falta de percepción del riesgo de la que padecen muchos conductores.
Manipular el navegador durante el trayecto
Desde hace tiempo, la DGT ha decidido que la manipulación de los navegadores con el vehículo en marcha supone una infracción igual de grave que la de hablar por el móvil.
Conducir con auriculares
La utilización de cualquier dispositivo que pueda contribuir a disminuir o impedir la atención auditiva sobre la carretera constituye una infracción de las normas de tráfico, además de una peligrosa distracción al volante.
Conducir embargado por las emociones
Aunque pueda parecer algo sorprendente, la conducción bajo los efectos de las emociones puede incrementar el riesgo de sufrir un accidente en un 1.000%. Así se desprende del citado estudio del VTTI.
La próxima vez que estés teniendo una discusión al volante o te subas al coche después de haber sufrido un impacto emocional, te recomendamos refrenar tus impulsos y, a ser posible, detener el coche hasta que te sientas totalmente relajado.
Otras distracciones frecuentes que no pensabas que fueran peligrosas… pero pueden serlo.
Según las fuentes que se consulten, las causas de distracción con mayor incidencia pueden variar ligeramente. No obstante, casi todas las investigaciones apuntan a los mismos problemas:
- Atender una llamada en el manos libres.
- Mirar el navegador.
- Escuchar música.
- Realizar una llamada con el manos libres.
- Conversar de forma enérgica con un pasajero.
- Poner un CD en el reproductor de música.
- Soñar despierto.
- Prestar atención a personas o eventos fuera del coche.
- Configurar el navegador.
- Prestar atención al paisaje y los edificios.
Es probable que tú mismo hayas sido víctima de estas habituales distracciones. Gran parte de ellas no están prohibidas expresamente por la normativa vial. Sin embargo, numerosos estudios ponen de manifiesto su incidencia en la falta de atención a la carretera y la consiguiente causa de accidentes.
La conducción debería ser un ejercicio de calma, control y atención constante. Las estadísticas no engañan. Las distracciones al volante, por muy pequeñas que sean, pueden ocasionar graves accidentes.